La movilización visceral no consiste en tratar patologías alojadas en nuestras vísceras, sino que es una terapia diseñada para reducir el dolor a través de las vísceras. Nuestras vísceras están muy inervadas por el sistema parasimpático (todos nuestros órganos están recorridos por el sistema nervioso) . Dentro de esta red parasimpática, el nervio Vago es uno de los principales actores.
El sistema parasimpático tiene especial relación en la modulación y control del dolor. Estimulando el nervio Vago desarrollamos un efecto analgésico muy importante. Esto se entiende muy bien con un ejemplo: cuando sufrimos dolor de tripa, nuestra respuesta intuitiva es llevarnos las manos al vientre y masajearnos la zona.
Es una técnica muy adecuada para comenzar con aquellos pacientes que lleguen con un dolor muy agudo e incapacitante.